Hay objetos que valen más por lo que significan que por el objeto que son como tal. En una reciente visita al rastro de mi ciudad encontré esta bonita ficha de plástico para dar una vuelta en el mítico tren de la bruja o tren de los escobazos, como le decíamos en casa, una atracción presente en cualquier feria de barrio que se preciara de los años 70, 80 y 90.
Cielos, la de veces que me he acordado yo del Tren de la Bruja y las terroríficas escenas que ilustraban su fachada. Las fichas que yo recuerdo eran redondas, con aspecto de moneda, y en tres colores diferentes: roja, amarilla y verde. Cuando las adquirías te daban una cualquiera, no podías elegirla. Había una leyenda urbana entre los chicos del cole que decía que cuando pasaban por las vagonetas recogiendo las fichas, si la que dabas era de color rojo te daban más escobazos, y si era de color verde no te daban ninguno. Naturalmente el pobre tipo que iba disfrazado de bruja recogiendo los fichas en la primera vuelta del tren y dando escobazos en las siguientes no se fijaba en eso y repartía "leña" al azar, pero es una de esas cosas de las que siempre te acuerdas.
ResponderEliminarSi encuentras otra ficha, guárdamela. Pondré en mi testamento que me entierren con ella. ;D
Ricardo, tengo que confesarte que fuiste la primera persona en la que pensé nada más ver la ficha. Sabía que, por todo lo que representa, sería de tu agrado. :-)
EliminarMuy curiosa esa leyenda urbana que cuentas. Era un acontecimiento montarse en esta atracción de feria. Qué de risas y divertidos momentos vividos... Y bueno, si ya entramos en los dibujos que decoraban el tren y el túnel... ¡Qué maravilla y qué buenos recuerdos! :-)
No dudes ni por un instante que si viera otra igual será para ti. ;-)
Anda que Ricardo ha tardado en escribir una de sus historias jeje Ya me lo imaginaba también ;-)
EliminarComo siempre, ¡geniales! :-)
EliminarEl motivo por el que estas cosas tienen valor para mi es precisamente por los recuerdos que me traen. Si nunca hubiera subido al Tren de la Bruja, esto solo me parecería una chapita de plástico.
EliminarPor cierto... me quedan historias más que de sobra para aburriros jaja!
Eso es, contra el valor de algunos recuerdos no se puede competir. :-)
EliminarTodas las historias que nos tengas que contar serán leídas con toda la atención y el interés del mundo. ;-)