Me gusta dar un paseo y encontrarme con establecimientos que, de algún modo, homenajean a personajes de tiempos pasados. Lo curioso de esta fachada es que, pudiendo haber utilizado alguna representación más actual de las Tortugas Ninja, sus dueños han optado por la estética clásica, aunque ciertamente con un toque más infantil acorde con la finalidad del negocio. Además, no sé si por casualidad o no, han escogido a Michelangelo, el más pequeño y revoltoso de los cuatro hermanos.
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