Cuando, allá por el año 1997, salió a la venta en España la caja limitada para coleccionistas de Ghosts, el mediometraje musical de terror protagonizado por Michael Jackson, no tuve la posibilidad de hacerme con una unidad. Si no recuerdo mal, el precio de este set rondaba las 8.000 pesetas de la época, un dineral para un chico de trece años, que era la edad que yo tenía entonces. Algún amigo, un poco mayor que yo, sí que pudo comprarla.
En mi caso, me tuve que conformar, primero, con la edición promocional en VHS que El Corte Inglés regalaba al comprar el disco Blood on the Dance Floor, la cual incluía un resumen de unos cinco minutos de esta maravillosa película musical de casi cuarenta minutos de duración. Afortunadamente, tuve la ocasión, unos meses más tarde, de adquirir en un centro comercial la versión íntegra de Ghosts en VHS (que yo sepa, hasta la fecha, no se ha editado en DVD).
Estrenada en el Festival Internacional de Cine de Cannes el 8 de mayo de 1997, esta joya de la industria del entretenimiento audiovisual vino a reafirmar (por si alguien lo dudaba), a mediados de los años 90, que Michael Jackson, a pesar de toda la basura mediática que se había vertido sobre él, se encontraba en plena forma creativa y todavía tenía cuerda para rato.
Con figuras de la talla de Stephen King en la elaboración de la historia, Mick Garris en la escritura del guion y el supervisor de efectos visuales, artista de maquillaje y especialista en diseño animatrónico Stan Winston en la dirección, además del propio Jackson desempeñando varios papeles, el resultado, como no podía ser de otro modo, tenía que ser sensacional. Y así fue.
La caja, que pude adquirirla de segunda mano al cabo de los años, incluye el vídeo Ghosts en VHS, el CD del disco Blood on the Dance Floor (no aparece en la foto porque está debajo) y el CD single On the Line, además del programa del estreno, un precioso libreto diseñado exclusivamente para el festival, el cual contiene fotografías inéditas del filme.
