sábado, 26 de octubre de 2019

EL BOSQUE DE ANCINES - Carlos Martínez-Barbeito (1947)

El bosque de Ancines es la escalofriante novela, escrita por el autor coruñés Carlos Martínez-Barbeito y publicada en 1947, basada en el caso real de Manuel Blanco Romasanta, el único hombre lobo del que tengamos noticia que haya sido juzgado en España por cometer diversos asesinatos.

En el libro, el nombre de esta persona es cambiado por el de Benito Freire, un buhonero que se dedica a la venta ambulante por diferentes pueblos gallegos, quien sufre ataques de epilepsia. Debido a ciertos hechos que se dan con el transcurso del tiempo, por la comarca comienza a extenderse el rumor de que Freire padece la maldición de la licantropía.

Como aparece en los escritos, tras su detención, a mediados del siglo XIX, Romasanta realizó la siguiente declaración: «Yo llegué a mantener la forma de lobo hasta ocho días seguidos, aunque normalmente no pasaba de dos o cuatro. Antonio, sin embargo, llegó a mantenerla diez días y don Genaro hasta quince, aunque lo normal eran cuatro a cinco días. Con ellos maté y comí a varias personas, aunque con algunas, como Josefa y Benita, y sus hijos, lo hice solo». Asombroso testimonio de este criminal gallego, conocido como el lobishome de Allariz (hombre lobo de Allariz), cuya historia narró de manera magistral Martínez-Barbeito y, posteriormente, el director bilbaíno Pedro Olea llevó al cine en 1970 en la espectacular El bosque del lobo, con un estupendo José Luis López Vázquez interpretando a Benito Freire.

En esta entrada muestro una edición de la Editorial Destino, de marzo de 1966, la cual está en perfecto estado, y otra, también como nueva, que el diario La Voz de Galicia regaló en 2004 a sus lectores dentro de la colección Biblioteca gallega de autores en castellano, ambas de reciente adquisición a muy buen precio.



2 comentarios:

  1. Terrible el caso de Romasanta. Vi hace algunos años un reportaje sobre él (en Cuarto Milenio, creo que fue) y decían que los médicos y psiquiatras que lo examinaron llegaron a la conclusión que definitivamente no estaba loco, que todo lo hacía de forma consciente y voluntaria. Sin embargo la sentencia de muerte que dictaron contra él fue conmutada. No se le consideraba responsable de sus actos debido a su condición de licántropo. Uniendo estas dos cosas, nos queda que la ley reconoció a Romasanta como un hombre lobo real, que su transformación en bestia salvaje era verdaderamente física, y no psicología, según el tribunal de la época. Y tampoco quedo ninguna constancia de su supuesta muerte natural en prisión. No hay certificado de defunción, ni registro de donde fue enterrado. Un personaje verdaderamente misterioso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es un personaje histórico de lo más interesante por todo lo que implicó su caso...

      Gracias por tu comentario. ;-)

      Eliminar