En el universo animado de Los Simpson, Leon Kompowsky es un paciente mental que cree ser Michael Jackson. Kompowsky estaba enfadado consigo mismo hasta que comenzó a imitar a Jackson, lo que le hacía sentirse mucho mejor. Fue tomado por loco e internado en un hospital psiquiátrico, donde conoció a Homer Simpson, quien fue enviado allí por llevar una camisa rosa al trabajo. Después de entablar amistad con él, Homer, que en realidad no sabía quién era Michael Jackson, lo invitó a su casa y Bart, entusiasmado creyendo que Leon era el verdadero Jackson, se lo comentó a todo el mundo. La ciudad entera se presentó en casa de Los Simpson con la idea de ver nada más y nada menos que al gran Michael Jackson. Pero todos se llevaron una gran decepción al comprobar que ese tipo no era el Rey del Pop. En ese momento, Bart fue odiado por todos, e incluso por su hermana Lisa, quien se sentía triste porque su hermano había olvidado su cumpleaños. Kompowsky decidió arreglar la situación y ayudó a Bart a escribir una canción de cumpleaños para Lisa. Al final, cuando todo se hubo solucionado, Leon dejó de imitar a Michael, habló con su voz normal y reveló su verdadero nombre, comentando las razones por las cuales se hacía pasar por el famoso cantante.
La aparición de este singular personaje tuvo lugar en uno de los episodios más emotivos y entrañables de la serie The Simpsons, el cual reflexiona de una manera muy curiosa sobre el significado de la locura. Se trata concretamente del primer capítulo de la tercera temporada, titulado Stark Raving Dad (llamado Papá, loco de atar en España), emitido originalmente el 19 de septiembre de 1991. El propio Michael Jackson (que aparece acreditado bajo el seudónimo de John Jay Smith) le puso voz a Leon Kompowsky, pero las canciones que cantaba el personaje, debido a cuestiones contractuales, fueron interpretadas por el músico Kipp Lennon.
Llevaba mucho tiempo intentando conseguir esta figura de PVC que muestro aquí y gracias a un compañero coleccionista me pude hacer con ella. Mención especial merece el pequeño chimpancé Bubbles de peluche que este personaje lleva en la serie durante su estancia en el manicomio.
