Skeletor Ojos de Fuego (Laser Light Skeletor) fue una de las últimas figuras de los Masters del Universo que tuve de niño. Esta que muestro aquí la conservo desde entonces y recuerdo que me la regaló una de mis tías por mi quinto cumpleaños. Comercializada por primera vez en 1989, dentro de la sexta y última serie española de estos juguetes, es una de las versiones más raras y cotizadas de este mítico villano. No olvidemos que solamente se vendió en Europa, lo que supuso que su distribución fuera bastante más reducida que la de otras figuras de la colección, siendo objeto de deseo por parte de muchos coleccionistas. Junto con He-Man Espada Luminosa (Laser Power He-Man) es uno de los denominados santos griales de la colección vintage de los Masters del Universo.
Jugué bastante con ella, pues era y sigue siendo espectacular. Ver encenderse sus ojos y su puño derecho es algo que, quienes apreciamos de verdad estos juguetes, nos encanta admirar. La figura se encuentra en bastante buen estado, con algunas señales inevitables de uso, y conserva su capa original de tela. Sin embargo, ni el báculo ni el portapilas trasero superaron el paso del tiempo, por lo que tuve que recurrir a reproducciones (eso sí, de gran calidad y muy económicas) de los mismos.
Originalmente, el brazo derecho de Skeletor Ojos de Fuego funciona como interruptor. Así pues, con el brazo hacia abajo las luces interiores permanecen apagadas y cuando lo subimos del todo, se encienden, consiguiendo ese efecto luminoso tan fantástico. Como se observa en las fotos, he manipulado ligeramente el portapilas para conseguir que el sistema de luz se encienda en cualquier caso, es decir, ya tenga el muñeco su brazo derecho subido o bajado. Para apagarlo, basta con retirar la pila tipo AA de 1,5 voltios que lleva.
Y hago aquí un breve inciso. Siempre seré partidario del material original, pero en casos como el de estos accesorios y también los de algunas otras figuras de esta línea, me niego rotundamente a pagar las cantidades desproporcionadas que algunos vendedores piden por ellos. Y es que, por muy originales que sean, yo desde luego no estoy dispuesto a darle la satisfacción a nadie de pagarle ciertos precios por ciertos artículos. Entonces, una buena opción para completar algunas figuras de las consideradas difíciles es recurrir a este tipo de repros. No obstante, recalco que yo solamente recurro a ellas en casos muy concretos y siempre que se trate de réplicas de muy buena calidad y fidelidad a las piezas auténticas.
Para conseguir que el brazo derecho actúe como interruptor, se requiere cierta maña, pues como el sistema no es muy preciso (a lo que hay que sumar el desgaste propio de haber jugado con él), para que el contacto eléctrico sea el adecuado hay que moldear la lámina metálica del portapilas en una posición concreta, de modo que esta toque la lámina metálica que lleva la figura cada vez que levantamos ese brazo o deje de tocarla cuando lo bajamos, para encender o apagar las luces respectivamente.
Sea como fuere, he disfrutado muchísimo fotografiando este muñeco, apagando y encendiendo sus ojos y su puño, cambiándole el báculo de mano y colocando la capa para que luzca como realmente merece. Porque, al fin y al cabo, más allá de completismos, perfeccionismos y obsesiones puramente materialistas, como creo que de verdad se disfruta esta afición es jugando, observando, investigando y compartiendo recuerdos, experiencias y momentos pues, al menos para mí, eso es lo que le da mucho más sentido a todo esto.
