Hace algunos años adquirí este libro sobre la trayectoria cinematográfica de dos realizadores de culto como son Larry Cohen y William Lustig. Editado por la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián en 1998, en la redacción de este volumen participaron autores de renombre como Carlos Aguilar, Jesús Palacios o Ángel Sala, entre otros. El libro, con un total de 218 páginas, contiene entrevistas realizadas a estos dos directores, así como diversas fotografías tanto en color como en blanco y negro.
Como podemos leer en su contraportada: «En el rico panorama del cine fantástico de los años 70 y comienzos de los 80, Larry Cohen destacó como un creador rupturista y reflexivo, que utilizaba el género para plantear algunas de las angustias del hombre moderno. Cineasta americano independiente, que defiende su forma de escribir, producir y dirigir películas frente a los standards de Hollywood, se convirtió en autor de culto gracias a la saga de bebés mutantes iniciada con Estoy vivo (It's Alive, 1973). Más tarde, a finales de los 80, estableció una extraña colaboración con otro personal creador de sombras urbanas llamado William Lustig, autor de una sucia pesadilla de contornos realistas titulada Maniac (1978)».
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